CRITERIOS PARA JUZGAR LAS PRESENTACIONES EN POWER POINT

Ante todo, la presentación tiene que COMUNICAR EFECTIVAMENTE UN MENSAJE.

Por tanto, hay que valorar si:

• El mensaje es claro, con vocabulario adecuado.
• Se evidencia una selección y re-elaboración de ideas.
• Presenta ideas principales y precisas.
• Se comprenden las ideas y su relación entre sí.
  

Los fondos, colores e imágenes deben:

• Ayuda a comprender el mensaje.
• Ser originales, bien combinados y atractivos.
• Ser adecuadas en cuanto a ubicación y tamaño.
  

Si utilizamos animación y transiciones deben:

• Ser atractivas y llamativas.
• Ayudar a comprender el mensaje.
  

De igual forma, el uso de sonido o video debe aportar algo a la comprensión del mensaje y motivar.

POWER POINT COMO RECURSO DIDÁCTICO

Como recurso didáctico, Power Point es una tecnología que se aproxima al cartel, el acetato o la pizarra. Por las posibilidades de animación, sonido y colores es una opción muy atractiva y llamativa.

En algunos casos, usar un cartel o la pizarra resulta suficiente para propiciar el aprendizaje significativo. Por ejemplo, el cartel se puede dejar en el salón durante mucho tiempo y la información es permanente. La pizarra ayuda a construir participativamente ideas y conceptos—la información no está ya elaborada como en una presentación.

Una ventaja que sí tiene la presentación en Power Point es la posibilidad de proyectar muchas imágenes y esquemas sin incurrir en gastos y tiempo de elaboración. Las imágenes son fáciles de encontrar en internet, hay sobre todos los temas posibles y se pueden poner bastantes en una sola presentación. Las imágenes motivan mucho y son significativas.

Incorporar el aspecto de animación, que hoy en día es más accesible, ayuda al aprendizaje, a simular situaciones y motivar.

Pero también hay presentaciones que se elaboran mal y no contribuyen al aprendizaje significativo. Más bien, aburre por estar saturadas de texto, sin color ni animación.

Citas webgráficas

Hoy en día la citación de fuentes para nuestros trabajos académicos se vuelve más complicada, pero más importante que nunca. Hoy manejamos mucha más información y de fuentes variadas, no sólo de libros o de revistas académicas.

Además de poder juzgar bien la fuente en la web (webgrafía), también necesitamos saber cómo citarla. Esto supone que no estemos simplemente copiando y pegando.

La Biblioteca Max von Doch de la Universidad San Andrés, Buenos Aires, Argentina tiene algunas recomendaciones:

Para fuentes en línea que no sean publicaciones periódicas, incluir la mayor cantidad de información posible: autor, título de la página web, dueño del sitio, URL, fecha consultada, etc.)
Disponible en:
http://biblioteca.udesa.edu.ar/guias/guicitando.htm#Sitio%20web

Agustín Fernández, en su libro Cómo estudiar y aprender con eficacia, (UCA Editores) afirma que, para citar una página o fuente de la red en la bibliografía, se debe mantener la estructura de las fuentes impresas, en la medida posible: Autor. Fecha de publicación. Título. Versión. Disponibilidad y acceso.

¡Tengamos el cuidado de citar correctamente!